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Olga Ferri: Homenaje a una artista sublime

La gran bailarina es recordada en el libro de Angel Fumagalli que lleva su nombre a través de contundentes palabras, que la describen en su belleza y perfección como artista.

En su libro “Olga Ferri – Formación y Análisis de una bailarina argentina” (1), el eminente crítico de danza Ángel Fumagalli realiza un especial recorrido por la vida de una de las étoiles argentinas más admiradas de la historia de la danza en nuestro país. Hoy, 15 de septiembre de 2014, homenajeamos su partida con algunas de las palabras más contundentes que ha remarcado dicho escritor acerca de ella, que la recuerdan en su perfección como artista, una excelencia que luego replicó en su tarea como Maestra:

“‘La danza es el acto puro de la metamorfosis’, dice Paul Valery; esta frase enigmática me fue perfectamente develada por el baile de Olga Ferri. (…)

“La fantástica herencia del romanticismo ha sido depositada en América, donde surge Olga Ferri como una extraña flor cuidadosamente cultivada.

“Ella trae del recuerdo el arte etéreo de María Taglioni, haciendo suyo ese estilo pleno de sutilezas, imponderable elevación y profunda captación espiritual”

“De pequeña estatura, su delicada figura recuerda por la gracia de sus proporciones, a las estatuillas de Sajonia (…).

“La cabeza colocada en el extremo de un cuello suave y flexible, presenta un rostro oval color mate, de frente amplia y redonda enmarcada por dos bandas de cabello negro y un par de grandes ojos oscuros, que en feliz conjunción expresiva, nos conquistan (…)

“Las piernas suavemente musculadas, rematadas en pies de empeines prominentes y de perfecta constitución, se hallan levemente curvadas en su estructura ósea lo cual contribuye a dar la sensación de fragilidad que irradia de su persona.

“Los brazos bien proporcionados y de una piel blanquísima culminan en manos delgadas y armoniosas de aristocrática expresividad.

“Este material humano es manejado por Ferri con una técnica danzante de constante fluidez, regida por un legado perfecto, donde cabe destacar un “pas de bourrée” inimitable (…) y del que se ha convertido en una virtuosa.

“Sus arabescos y developpes de aberturas excepcionales contribuyen con la belleza de sus líneas a dar la exacta impresión de vuelo que complementa con el port de bras, siempre de un efecto plástico-emotivo abrumador“.

Fumagalli también recuerda la perfección que la embargaba en un trabajo detallado, conciente y constante:

“Exteriormente y como es habitual en las danzarinas de carrera internacional, pone el mayor cuidado en el maquillaje y en el vestuario guardando hasta los más pequeños detalles que hacen sin embargo a la perfección del aspecto total.

“Interiormente, concentra las exigencias físicas de la danza a interpretar sobre cada uno de los músculos en los que recaerá tal esfuerzo, impidiendo que éste sea tal y obteniendo en cambio una respuesta flexible y natural de su cuerpo al requerimiento formulado.

“Imaginemos ahora que estamos en una de esas noches maravillosas en las que Ferri nos brindará una prueba más de su magnífico arte; ella, según sus propias palabras, sale al escenario embargada de profundo placer, sentimiento que instantáneamente y por natural hechizo magnetiza a los espectadores, provocando una reconocida ovación de todos aquellos que aman la danza”

La imaginamos, como nos invita Ángel a través de sus palabras, recordándola en todo su esplendor, el de aquella artista bella que también supo ofrecer al mundo algunas de las artistas más excelsas de la actualidad, además de dejar como legado una perspectiva, una forma de entender la danza y el arte, una búsqueda profunda de cada uno a través del lenguaje del movimiento.

(1) Fumagalli, A.: Olga Ferri: Formación y Análisis de una Bailarina Argentina, La Imprenta, Buenos Aires, 2013.

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